Aquellas intimidaciones tales como: "Te Extraño..."

Escribiré aquí algunas cosas que me incomodan, no quiero ofender a nadie, aunque ya no sé si pase mucha gente por aquí tampoco, pero en fin. De un tiempo a esta parte me di cuenta que hay cosas simples que son un peligro en la boca de muchas personas. Aquellas frasecillas que nos hacen querer desaperecer, que nos hacen querer huir, o que te hacen pensar "qué pena que me dijo eso" o simplemente que provocan silencios, que nos vacían, o que sólo nos hacen reflexionar y darnos cuenta de que hay respuestas que no queremos dar y que nos presionan de una manera incocente a entregar, y sí, por lo general a la fuerza.



Comienzo por aquella que azuzó mi reflexión; aquella que me da miedo.

"Te echo de menos"

Sí. Me da susto, porque no sé que cresta decir; nunca entrego un "te echo de menos de vuelta". Jamás. Respondo: "mmmm, puxa......" "oh, pero es que no he tenido tiempo" "aaah, qué lindo"

¿Cuánto nos cuesta extrañar? o ¿ Seré sólo yo la que no extraña? o tal vez la gente se acstumbro a decirla sólo por cortesía y en verdad jamás la entrega con el absoluto significado... Sí es así los ratos de tortura han sido gratuitos...... Sí, y es qué me carga la conciencia el no extrañar, o sí lo hago es de después de mucho tiempo..... y cuando digo mucho es mucho. Y me angustia no poder decir la misma frasecita cuando alguien me echa de menos. Y tal vez a veces tampoco es tan desinteresada como creemos, y se convierte en un método para hacer que los queridos permanezcan cerca, nuestros, ennuestrarlos. Es una indirecta para que dediques más tiempo a quien lo exclama. Es una demanda. Concluyo.

Es eso. Tal vez por eso me perturba, porque la siento como una demanada y no puedo comprometerme, ¿a algunos nos cuenta tanto entregar nuestro tiempo? Y es qué no extraño, porque por lo general cuando desaparezco por mucho tiempo no es concientemente voluntario, se adhiere por defecto. Por lo general cuando desaparezco por mucho tiempo es porque hago otras cosas, entonces no alcanzo a echar de menos a nadie.... O cómo típicamente sucedía cuando en tus veranos huías de tu familia y te iba con tus amigos a veranear, y cuando volvías o llamabas por teléfono a tus padres te decían: "¿Me has extrañado?" y ahí quedamos; helados, sin saber qué cresta responder... Mientras algunos ni cosquillean para argumentar rápidamente que sí y mucho... pero entre nos ... ¿Esa es doña mentira , no?.... yo reflexionaba mucho rato y me quedaba callada, pensando en qué me pasaba, en por qué no lograba echar de menos....quería menos??? no.... no creo al menos. No sé.

Y nada, no es que no extrañé, pero pocas veces lo hago, muy pocas. Me siento seca, a veces como una bolsa de papel kraft arrugable. Dura. Tiesa ante las Relaciones Humanas. En fin. Agradezco que nadie me extrañe, o sí lo hace que no me lo diga.



Doña Kraft no recuerda nada más por el momento.